BIBLIOTECA MUNDIAL

Por primera vez en la historia, la Unesco pone en línea una Biblioteca Digital Mundial (BDM), de acceso gratuito, para mostrar y explicar en siete idiomas las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta. Ofrecerá documentos con valor patrimonial que permitan apreciar y conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes.

Tercera biblioteca digital en importancia -después de Google Book Search y el nuevo proyecto europeo, Europeana-, la BDM reunirá material universal invalorable: desde antiguos documentos de caligrafía antigua persa y china hasta los primeros mapas del Nuevo Mundo, pasando por pinturas rupestres africanas que datan de 8000 años a. C. Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos  y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el rey de España en 1562. Los tesoros incluyen el Hyakumanto darani, un documento en japonés publicado en 764 y considerado el primer texto impreso de la historia; trabajos de científicos árabes desvelando el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil y la célebre Biblia del Diablo, del siglo XIII, de la Biblioteca Nacional de Suecia.

Fácil de navegar: Cada joya de la cultura universal aparece acompañada de una breve explicación de su contenido y su significado. Los documentos han sido incorporados en su idioma original, pero las explicaciones aparecen en siete lenguas.

La idea fue concebida en 2005 por James H. Billington, director de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. El proyecto fue desarrollado por dicha biblioteca con la asistencia técnica de la Biblioteca de Alejandría y la Unesco que movilizó a sus miembros. Así, bibliotecas e instituciones culturales de Brasil, Egipto, China, Francia, Irak, Israel, Japón, Malí, México, Marruecos, Holanda, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Serbia, Eslovaquia, Africa del Sur, Suecia, Uganda, Gran Bretaña y Estados Unidos aportaron contenidos y experiencia. La Unesco confía en firmar contratos de colaboración con unos 60 países más antes de fin de año. Los países emergentes quieren ver cómo funciona  para crear luego bibliotecas digitales nacionales. En esos casos, la Unesco proporcionará ayuda a sus miembros que no tengan medios técnicos o financieros para digitalizar sus fondos.

El desarrollo de la BDM costó más de 10 millones de dólares financiados por donantes privados, entre otros, Google, Microsoft, la Fundación Qatar, la Universidad Rey Abdullah de Arabia Saudita y la Corporación Carnegie de Nueva York. Será necesario más dinero a medida que aumente su caudal de documentos e incluya en esta maravillosa aventura a los países más pobres.

Cómo se accede al sitio global:   a través del sitio www.wdl.org

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